Publicado por: Noelia Sciarratta - Rosario
27 Años
Periodista
A decir verdad, me encuentro ante una encrucijada a la hora de contar mi experiencia cívica del último 28 de octubre. Es que cuando veo tele, escucho radio, o leo diarios (y lo hago varias horas por día), incluso cuando leo los anteriores comentarios de este blog, me surge la pregunta ¿yo habré votado en las elecciones correctas? ¿o sin darme cuenta habré viajado a un país hiperdesarrollado –si es que existe la expresión-?.
Soy concreta:
- No tuve que hacer cola (es más, la presidenta y las fiscales estaban como en trance, para mi que estaban dormidas con los ojos abiertos, no sé, pero mi llegada vino a poner fin a su siesta y, a decir verdad, fui bien recibida, lo que me hace suponer que no les hacía mucha gracia la falta de actividad justo en su mesa)
- Cuando entré al cuarto oscuro, no sólo estaban todas las boletas sino que había muchísimas de cada candidato (quizás eran las que faltaban en otros lugares), incluso digo más: la de la persona que yo iba a votar (que fue una de las que brilló por su ausencia en otros puntos del país) estaba separada del resto, puesta delante de todo, quizás la persona que votó antes que yo razonó: “Si la que me sigue no sabe a quién votar, quizás agarre lo primero que venga y zas!, un voto mas” (o quizás las autoridades de mesa, cansadas, aburridas, resignadas a ser las únicas sin actividad, entraron y jugaron a ver quién ponía las boletas de su candidato/a lo más adelante posible) .
- Al no haber tenido que hacer cola, no pude vivenciar ninguna situación de esas que después contás cuando, en una charla entre conocidos, sale el tema de las elecciones.
- En la escuela donde cumplí con mi deber cívico no se desmayó ningún policía, no murió ningún ciudadano a punto de sufragar, no votó ningún famoso (aunque debo reconocer que en Rosario los famosos locales que verdaderamente a uno le gustaría encontrarse en un cola ya están mirando desde arriba…….aunque capaz estaría bueno encontrarse a Fito, en fin), tampoco entró al cuarto oscuro una recién casada con su radiante vestido blanco a cuestas, ni llevaron preso a un pibe por negarse a ser presidente de mesa.
¿Habré votado realmente en Argentina? ¿o será que los medios de comunicación, en su afán por espectacularizarlo todo y haciendo uso y abuso de una parcialidad al menos sospechosa, nos muestran sólo lo que vende?. Ojo!, no soy ciega y no niego que todo eso haya pasado en serio, pero ¿creen que una historia como la mía, que voté con total normalidad, hubiera funcionado en el prime time televisivo?.
Ah!, como si todo eso fuera poco, para terminar, tengo más motivos para sentirme sapo de otro pozo en estos momentos post-eleccionarios: yo SI tenía decidido mi voto antes de entrar al cuarto oscuro, yo NO creo que todo y todos sean la misma mierda, yo SI guardo la utopía de que esto realmente algún día pueda cambiar o mejorar, aunque estoy convencida que no depende exclusiva ni únicamente de los que nos gobiernan. Creo que cada uno desde su lugar puede hacer cosas y creo también que si cada uno piensa aunque sea un poquito en el que tiene al lado, no todo está perdido.
Soy concreta:
- No tuve que hacer cola (es más, la presidenta y las fiscales estaban como en trance, para mi que estaban dormidas con los ojos abiertos, no sé, pero mi llegada vino a poner fin a su siesta y, a decir verdad, fui bien recibida, lo que me hace suponer que no les hacía mucha gracia la falta de actividad justo en su mesa)
- Cuando entré al cuarto oscuro, no sólo estaban todas las boletas sino que había muchísimas de cada candidato (quizás eran las que faltaban en otros lugares), incluso digo más: la de la persona que yo iba a votar (que fue una de las que brilló por su ausencia en otros puntos del país) estaba separada del resto, puesta delante de todo, quizás la persona que votó antes que yo razonó: “Si la que me sigue no sabe a quién votar, quizás agarre lo primero que venga y zas!, un voto mas” (o quizás las autoridades de mesa, cansadas, aburridas, resignadas a ser las únicas sin actividad, entraron y jugaron a ver quién ponía las boletas de su candidato/a lo más adelante posible) .
- Al no haber tenido que hacer cola, no pude vivenciar ninguna situación de esas que después contás cuando, en una charla entre conocidos, sale el tema de las elecciones.
- En la escuela donde cumplí con mi deber cívico no se desmayó ningún policía, no murió ningún ciudadano a punto de sufragar, no votó ningún famoso (aunque debo reconocer que en Rosario los famosos locales que verdaderamente a uno le gustaría encontrarse en un cola ya están mirando desde arriba…….aunque capaz estaría bueno encontrarse a Fito, en fin), tampoco entró al cuarto oscuro una recién casada con su radiante vestido blanco a cuestas, ni llevaron preso a un pibe por negarse a ser presidente de mesa.
¿Habré votado realmente en Argentina? ¿o será que los medios de comunicación, en su afán por espectacularizarlo todo y haciendo uso y abuso de una parcialidad al menos sospechosa, nos muestran sólo lo que vende?. Ojo!, no soy ciega y no niego que todo eso haya pasado en serio, pero ¿creen que una historia como la mía, que voté con total normalidad, hubiera funcionado en el prime time televisivo?.
Ah!, como si todo eso fuera poco, para terminar, tengo más motivos para sentirme sapo de otro pozo en estos momentos post-eleccionarios: yo SI tenía decidido mi voto antes de entrar al cuarto oscuro, yo NO creo que todo y todos sean la misma mierda, yo SI guardo la utopía de que esto realmente algún día pueda cambiar o mejorar, aunque estoy convencida que no depende exclusiva ni únicamente de los que nos gobiernan. Creo que cada uno desde su lugar puede hacer cosas y creo también que si cada uno piensa aunque sea un poquito en el que tiene al lado, no todo está perdido.
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